jueves, 1 de septiembre de 2011

Algo más que un eslogan


Algunas palabras clave
para nuestro porvenir



E
n la puntada anterior quise recoger, de uno de nuestros escritos patrios[1], algunas referencias para proponer un modesto contrapeso a una de esas estériles discusiones a las que, con efervescencia de Alka-Seltzer, nos hemos ido acostumbrando durante los últimos años. Que si patria, que si socialismo, que si muerte, que si ahora no es la muerte sino la vivienda, que si no se qué Dios, que si la brujería… todo para que, al final, después de muchas vueltas, una vez quieta el agua del vaso, sin burbujitas, nos olvidemos del asunto y, a lo mejor, ni nos bebamos el remedio. Pasamos la página, pasamos a otro capítulo, pero con la mismísima rutina de malestar estomacal para la que recurrimos al antiguo y efectivo remedio con que nos curábamos cuando éramos muchachos el ratón de una parranda sabatina o cualquiera pesadez que no fuera superable por sí sola.
Resulta que en estos días, después que comenzó a parecer “ido”, perdido o esfumado el faraón-tirano libio, recogí de un artículo escrito por un señor llamado Larbi Sadiki, intitulado “Libya: freedom is in the air”, y publicado en Aljazeera.net[2] una idea que me parece oportuna y motivo pertinente de reflexión para los meses que se nos avecinan en nuestra amada Venezuela.
Y arranca la idea, en el fondo, con la misma propuesta de CONCORDIA que adelanté en mi puntada pasada, sólo que el señor Sadiki, en su contexto propio, la extiende, amplía y desmenuza con la finalidad de adelantar lo que luce una especie de Cartilla de Actitudes a poner en práctica con la finalidad de iniciar un proceso de paz y de convivencia en un exageradamente rico país petrolero, ubicado al norte de la Europa del Sur, –qué digo–, al Norte del África, y que, repentinamente, después de más de cuarenta años de acostumbrado mal vivir, acaba de cundir en un proceso de violencia civil que pocos cientistas sociales podrán explicarnos con moderada perfección.
En esa por mí llamada “Cartilla de Actitudes” necesarias según Sadiki para la reconducción del país, resaltan las siguientes pautas, que traduzco directamente del inglés con el riesgo del caso:
·       Reconciliación,
·       Generosidad de espíritu,
·       Solidaridad,
·       Asociación, y
·       Sinergia.
Yo creo que, para nosotros, después de casi tres lustros inmersos en un proceso progresivo de confrontaciones donde nos suponemos unos buenos y otros malos, donde las palabras predominantes en las arengas del alto gobierno parecieran extraídas de una especie de Manual de Guerra, donde no sabemos a ciencia cierta qué se ha construido pero sí padecemos, con toda certeza, de muchos males que seguramente habíamos superado desde hacía tiempo, se da por descontada la necesidad de aplicación de una cartilla similar. De lo contrario, dudo mucho que podamos cifrar esperanzas para nuestros nietos ya endeudados antes de nacer, para nosotros pre-abuelos con ganas de ayudar a criarlos en santa paz, y, en fin, las esperanzas para conseguir la Venezuela que seguramente muchos o casi cada venezolano ha siempre soñado pero que no hemos sido capaces de gerenciar.
Así que, resultaría muy largo un eslogan que dijera:
Patria, Reconciliación, Generosidad de espíritu, Solidaridad, Asociación y Sinergia, tan largo que casi no cabe en una sola línea de esta cuartilla. Así que voy a insistir en proponer el que ya antes asomé:
“PATRIA Y CONCORDIA”
Y allí lo vuelvo a dejar, pero sin despreciar las sugerencias del artículo de Aljazeera, las cuales, me parecen valiosísimas a la hora de darle estructura y forma a un discurso, a una comunicación y a un plan de actuación orgánico, sistémico, y fundado en un clamor que estoy seguro compartimos todos los venezolanos sin distingos de ningún tipo: vivir en paz, con trabajo, y sin miedo a morir asesinados.


[1] Me refiero a los pasajes de la obra de nuestro Mario Briceño-Iragorry
[2] http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/08/

domingo, 14 de agosto de 2011

Si de cambiar el eslogan patrio se trata...


Patria y Concordia


E
n estos días en los que su majestad de las tinieblas hizo en Venezuela salir a la carrera a  algunos a cambiar el eslogan de la patria, hubiese sido muy oportuno que estos artífices de la comunicación masiva se hubiesen topado con uno de los libritos que era lectura obligatoria en mi primer año de bachillerato realizado por allá a comienzos de los 60 del siglo pasado en mi recordado, bien amado y hoy, física y moralmente destruido Liceo Pedro Gual de Valencia, –estado Carabobo, para evitar equívocos con otras urbes mejor dotadas pero con la misma toponimia-.   Se trata, simplemente, de que hubiesen tenido a la mano uno de los escritos de quien está nutriendo por estos días algunos de mis repasos de lecturas patrias.  Y se trata de una pieza intitulada “La concordia nacional”.   En la misma, el ilustre don Mario Briceño Iragorri escribía, el 26 de noviembre de 1952, lo siguiente:
“…he levantado yo la voz para pedir fórmulas que acerquen a los hombres de Venezuela. Es absurdo y criminal mantener el estado de división que devora a la República, cuando los mismos hombres que se destrozan entre sí se ven continuamente forzados a la relación común en el curso diario de la vida. Más que una Venezuela visible en la acción de los que ordenan a su arbitrio y una Venezuela invisible en el dolor de los que sufren la arbitrariedad, estamos viviendo la duplicidad criminosa de traicionar nuestros propios instintos de amistad en aras de un provecho material o de un prestigio pasajero…” 

He allí que, en el título de esta casi sexagenaria referencia, creo haber encontrado la palabra clave, mis estimados diseñadores de propagandas. La palabra mágica que encierra el verdadero clamor de quienes han trabajado y se han procreado para profundizar, con empeño orgulloso, en la construcción de una patria moderna, capaz de codearse con las más creativas, productivas, equitativas y libres del mundo, antes que con los enclaves del horror, la muerte y la desidia como lo representan hoy naciones como Siria, Libia, Zimbabue, Bielorrusia, –para nombrar tan solo a las más lejanas a nuestro continente- y que penosamente nos adornan.
Así, haciendo recurso a la natural elipsis que me evita reescribir el tag line que desde hace ya algunos años se apoderó de nuestros cuarteles y de muchas –o todas, no sé- de las instituciones oficiales, y que hoy andamos a la carrera tratando de enmendar, por no decir borrar, voy a cerrar esta puntada con una simple recomendación o petición:
¿Por qué no nos atrevemos a adoptar el más simple y deseado de los eslóganes posibles en este crucial momento que nos toca vivir como país, cual sería, simplemente:
“PATRIA Y CONCORDIA”?
Allí lo dejo, como sugerencia y modesto homenaje al libre pensador e iluminador temprano de mi alma patria, Don Mario Briceño Iragorri.

domingo, 7 de agosto de 2011

EL SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD

De los rasgos necesarios y deseables en la 
Venezuela que aspiramos


En los últimos tiempos, estoy teniendo la fortuna de contar con suficiente espacio y disposición para revisar algunos viejos libros de mi biblioteca que, en razón a prioridades establecidas muchas veces sin tanta razón o justificación, hacía tiempo no desempolvaba. Y resulta que compruebo, cada vez con más fuerza y con no poco asombro, cómo muchas de las cosas que hoy representan fuertes carencias, ya lo han sido en un pasado si se quiere no tan remoto.

Uno de los aspectos de la gerencia que siempre me he esmerado en resaltar y cuidar en cualquiera de las gestiones que me ha tocado realizar en mi vida profesional, es la necesidad de dar, a quien corresponda, el reporte cierto, sano y periódico de la responsabilidad que asumimos.  En términos simples y técnicos, siempre  resumí esta necesidad a mis colaboradores con una palabra que los no siempre simpáticos gringos emplean a ultranza en sus empresas –e inclusive en sus sencillos actos de vida cotidiana– que es el accountability. Esta palabra, –sin querer darle importancia sintomática al asunto-, si la buscamos en un diccionario traductor encotraremos que no tiene equivalente directo y exacto en nuestra lengua; no obstante, la conocemos y la aplicamos por la vía de una frase compuesta de las tres simples palabras castizas siguientes: rendición de cuentas; que no es igual pero se ajusta perfectamente a la idea. 

El hecho es que esta noche he vuelto sobre la obra del trujillano Mario Briceño Iragorri, y encontrado la referencia de una conversación suya con el ya para ese entonces ex-presidente López Contreras quien en 1937 hablaba de una "crisis de hombres" en Venezuela.   A lo cual, don Mario argüía a su amigo que, realmente, si podía hablarse de una crisis no era precisamente de gentes ni de capacidades en sí, sino que era ...de sentido de responsabilidad en los funcionarios públicos, muchos de ellos avocados, por falta de examen de sus propios recursos, al ejercicio de funciones en las cuales no les era posible dar rendimiento alguno...   y prosigue don Mario, y ya en el ensayo de donde extraigo esta historia, escrito en 1950 (*),  con unas palabras que parecieran escritas hoy mismo, 2011: ...Esta crisis sigue vigente, sin que haya visos de que pueda remediarse...

Son cosas de la historia. Sin embargo,  intentando someterla a cierta verificación empírica –aunque no científicamente sistemática-  me consigo que en muchísimos de los jóvenes talentos venezolanos con los que me ha tocado interactuar en mi reciente retorno a la vida universitaria, consigo que hay una energía especial y un talento dispuesto a actuar y a rendir cuenta de lo hecho.  Confieso que es algo que me energiza y me abre una ventana de esperanza en medio de esta situación llagada de malas noticias, desencuentros, fugas, muertes y demás síntomas necrofílicos.  Creo que hay un latir en positivo entre los más jóvenes; entre aquellos que están listos al bate.
A nosotros, los mayorcitos, nos tocará ayudarlos a que no cometan los errores rancios de los que está plagada nuestra historia, la reciente y la no tanto.

(*) Briceño Iragorri, Mario. (1972). Mensaje sin destino. Ensayo sobre nuestra crisis de pueblo. Caracas. Monte Avila Editores.

sábado, 6 de agosto de 2011

LOS TOPES DE LO FACTIBLE


Piso y techo de la Democracia en Venezuela


C
onversaba anoche con un querido amigo acerca de un trabajo académico que pretendo realizar relacionado con el perfil ideal que deberíamos aspirar en un presidente venezolano.  Entre algunas otras cosas menos elocuentes, mi amigo, quien es un profesional de primera línea y gerente avezado, me hizo referencia a una anécdota de los primeros años del gobierno de Rómulo Betancourt, según la cual éste, en una cuenta con uno de sus ministros, quien le solicitaba apoyo para conseguir el financiamiento necesario para llevar adelante una de las grandes obras de infraestructura que se acometieron en aquel entonces,  le respondió muy airado a su colaborador, y, en medio de lo que parece fue un decidido regaño, le dijo al ministro, palabras más palabras menos, que se ocupara él mismo de buscar esos reales, que fuera a los bancos internacionales, a Washington o a donde quisiera, que hiciera su trabajo y que seguramente contaría con su apoyo, pero que no lo viniera a distraer en su delicada misión, la cual, no consistía en otra cosa que gerenciar el piso y el techo de la Democracia que apenas nacía. 
El ministro, sorprendido y apenado por haber importunado de tal manera a su jefe, musitó tímidamente una pregunta antes de retirarse, con el rabo entre las piernas producto del regaño, por un lado, aunque reforzado por  el otro, gracias al voto de confianza implícito en la amplia delegación que recibía de Betancourt.  Y dijo entonces, previo colocarse ante su boca la conveniente sordina:  Presidente, si no es mucho preguntar, ¿a qué se refiere usted con el piso y el techo de la democracia?
Betancourt, sosegado después de haber desahogado su incomodidad momentánea con el impetuoso llamando a botón que minutos antes le había hecho a su colaborador,  le explicó, con calma y proverbial pedagogía, que la democracia en Venezuela descansaba, descansaría, y sería sólo posible entre dos topes: El piso que le pudiera ofrecer un atinado y profesional manejo del negocio petrolero, y el techo que estuvieran dispuestos a concederle los militares.  Remató subrayándole que él, Betancourt, no tenía en mente realizar mucho más que esas dos grandes tareas, que eso sería suficiente legado. Todo lo demás, habría de delegarlo en la mejor gerencia disponible en aquel momento en el país: Los nombres de estos hombres están debidamente documentados; Betancourt ahora descansa, ojala que en paz.   A la vista de hoy,  ¿A quién podrá confiársele en un futuro cercano esta delicada tarea de gerenciar con éxito esos dos álgidos topes?

Nota: mi amigo no es ni nunca fue adeco.

domingo, 31 de julio de 2011

Lo complejo no tiene porque ser complicado

La periodista Madeleine Atique M., del periódico "El Municipal, 100% El Hatillo",  ha recogido en esta entrevista a Conrado Pittari Volcán la frase con la que intitulo esta entrada:

 LO COMPLEJO NO TIENE PORQUE SER COMPLICADO, 

la cual, considero encierra una energía potencial inmensa. Especialmente para alentarnos, cuando a diario nos vemos enfrentados con situaciones que no sólo no son simples, sino que resultando del enmarañamiento de múltiples elementos y factores, materiales y humanos, llegan a veces a atemorizarnos, paralizarnos o hacernos desistir en el intento.

Es por ello que veo en la misma una invitación a la acción, al no-miedo.
Es así que me gusta y la comparto.




sábado, 30 de julio de 2011

PUNTADAS SIN DEDAL: Con el corazón puesto en Venezuela

PUNTADAS SIN DEDAL: Con el corazón puesto en Venezuela: "Con el corazón puesto en Venezuela"

Con el corazón puesto en Venezuela


...Venezuela, más que de acusaciones personales, está urgida de un mea culpa colectivo. Hasta cuando no adoptemos una actitud humilde y serena frente a los problemas de la Nación, no alcanzaremos la claridad requerida para entender nuestra propia función social. Se necesita abrir un proceso de sinceridad y austeridad capaz de llevarnos a la salvación de nuestro destino histórico. Volviendo sin cesar sobre los grandes y sobre los pequeños problemas de la sociedad y enfrentándonos a ellos con sencillez, con reflexión, sin impaciencia, lograremos hacer de la propia evocación de nuestra historia una manera de espejo donde podamos ver con claridad, no ya los acontecimientos pasados, sino nuestro desfigurado rostro presente...

No, no son de mi autoría las anteriores líneas. 
Confiado en que la mayoría de nosotros siempre pueda hablar como indica el título de esta entrada, que tampoco es mío, he querido traer a colación un fragmento escrito por Mario Briceño Iragorri, en febrero de 1953, estando en Costa Rica.
Y lo hago impresionado por dos cosas: 

1) Tuve hace unas horas un punto de honor a través del twitter con una personalidad venezolana de mucho curriculum y grandes pretensiones quien se expresaba con un discurso lleno de desprecio y desprendimiento respecto al país, tanto que, pensando se tratase de una ofuscación momentanea, me atreví a llamarle gentilmente la atención. El señor insistió y más se alteró. Y en todas sus posturas, hablaba de los venezolanos como si él fuese no sólo de otro continente, sino marciano o de otro planeta más lejano. Siempre he dudado de la gente que, cuando se va a referir a nuestros problemas dice "...en este país..." pudiendo, en cambio, decir en nuestro país. ¿Es que Venezuela es nuestra sólo cuando funciona? ¿Dónde estábamos cuando comenzó el declive? ¿Sabemos realmente cuándo comenzó?  Son preguntas que me parecen inevitables y urgentes. 
Yo he desconfiado siempre de quienes dicen "en este país" como si se tratara de pasajeros de un buque del cual se van a apear en el próximo puerto. Yo vivo aquí y he trabajado siempre para construir y hacer progresar esta patria, y me resulta inaceptable que alguien que se dice académico, diplomático y demás yerbas finas, hable de Venezuela comos si, de repente, estuviera dándose un paseo por esta "sucia" plaza.
No es la manera. 
Creo, con Don Mario Briceño, que los mea culpa deben ser colectivos, que es hora de entender que la responsabilidad es de todos y es nuestra. Nunca será de un extraño maluco que nos quiere hendir su garra imperial. Las garras con que esta tierra ha sido infligida no han venido de contrabando ni por la fuerza, la mayoría de las veces han ingresado por la alfombra roja de Maiquetía.  Así que basta de echar culpas, y mucho menos al otro. A ese otro extraño, inasible, imposible. 
Asumámonos. Aceptémonos como somos, buenos y menos buenos. Y echemos palante de una vez por todas.

2) La segunda cosa que confieso me impresiona y por la que he querido compartir este escrito de Don Mario, es que pareciera que el tiempo no nos pasa, no nos hace mella: 1953 - 2011...  ¡¡Son casi sesenta años!! y las líneas de Briceño Iragorri cabría publicarlas en cualquier periódico de los que van a circular hoy sábado. ¿Qué nos ha pasado?  ¿Qué nos pasó? ¿Tendremos alguna responsabilidad en esta falta de progreso o de evolución? 
¿O será que alguien levantará la mano para señalar al culpable?


Es todo, por hoy.

sábado, 23 de julio de 2011

In-dependencia Vs. Inter-dependencia


In-Dependencia Vs. Inter-Dependencia


En fila con el espíritu de mi anterior artículo, en el cual, por celebrarse el 5 de julio[1]me pareció oportuno reflexionar sobre esta dicotomía siempre imprecisa o imperfecta que resulta de oponer semánticamente DEPENDENCIA con INDEPENDENCIA, hoy quisiera detenerme un sobre un tercer derivado: la INTERDEPENDENCIA.
Hace doscientos años, en toda Latinoamérica ocurrieron movimientos cívico-militares –o militares-cívicos, o cívicos o militares- relacionados con la separación del dominio político de nuestros predios, de nuestras tierras, de lo que fue llamado el dominio español –el Imperio español-. A ciencia cierta, no se sabe con exactitud de qué se trataba toda esa matanza humana a la que nos acostumbramos y que prolongamos más de lo esperado o de lo debido, ni las intenciones precisas de quienes lideraban aquellos movimientos que la historia formal –la que nos enseñaron desde la escuela primaria- nos hizo pensar en una oposición encarnizada y  entre unos señores llamados Patriotas y otros llamados Realistas. Algunos dicen que lo que ocurría, realmente, era consecuencia de acontecimientos de mayor trascendencia que tenían lugar en la patria madre –y en toda Europa- y que implicaban la caída del rey Fernando séptimo, por quien, inclusive nuestros patriotas abogaron en algún momento.
Pero no es eso exactamente lo que quisiera traer a colación hoy, sino el tema o la palabra DEPENDENCIA.
Intuitivamente, toda dependencia es mala. Por lo tanto, pareciera que toda independencia es buena.  Ojala fuera así de simple.
Es realmente inquietante sentarse a pensar en detalle sobre las consecuencias prácticas de estas ideas muchas veces simplísticamente confrontadas.
Latinoamérica, realmente, pasó de ser territorio de ultramar de una potencia militar y marítima de la cual éramos parte y, por ende, independientes, a ser un territorio supuestamente independiente pero desprovisto a tal punto de autosuficiencia que necesitaba, imperiosamente, surtirse permanentemente de la metrópoli de la que supuestamente se había independizado. O de otras metrópolis equivalentes –por ejemplo, Inglaterra-.
Latinoamérica nunca, léase, nunca, tuvo ni ha tenido lo que puede llamarse una real independencia, si es que por ello entendemos autodeterminación, autosuficiencia, autonomía, y otros autos. Y realmente, lo cierto, es que nunca la tendrá.
Y nunca la tendrá sencillamente porque a lo largo de la historia, al recorrer el tiempo de las generaciones, aunque la humanidad lo haya negado –o lo niegue-, ha sido y será cada vez más interdependiente. O sea, no sólo que no podrá pensarse en la no dependencia de un centro o de una metrópolis, sino que serán múltiples las reales dependencias y serán, cada vez más, biunívocas y multilaterales las mismas: O sea, el Sistema Mundo es y será cada vez más pequeño y rápido de recorrer o transitar, el Sistema Mundo, será cada vez más abarcable por un pequeño pañuelo. Si Verne recorría como una hazaña el mundo en 80 días, hoy, una vez que publique este escrito, podrá estar el mismo en las manos o ante los ojos de cualquiera que me siga en menos de 80 milisegundos. Pero claro, la computadora que uso, es hecha creo que en Taiwan, los generadores que producen la electricidad que consumo son, si no me equivoco, alemanes, los radiotransmisores de la empresa telefónica que me sirve son, seguramente, japoneses. La carne que almorcé hoy venía de Argentina, la lengua en la que escribo es, letra más letra menos, la que usaba Cervantes, etc., ¿de qué Dependencia estamos hablando? ¿Qué independencia aspiramos?
La única verdad es que hoy estamos cruzados todos con todos, africanos con europeos con asiáticos con americanos y, hasta con los naturales del continente ese de los marsupiales. Todos con todos y, a veces, todos contra todos.
Y esos cruces, que por mucho son buenos y provechosos, –la posibilidad de colaborar, crecer juntos, solidarizarnos, entendernos, ayudarnos es hoy mayor que nunca-, también hace que, por mucho también, puedan resultar malos: Y es que esta interdependencia de infinitas cadenas permite que las potestades que antes se reservaban los poderosos de todo poder, hoy pueden estar a la mano del elemento más débil de la cadena.  Y esto lo hemos evidenciado en los últimos años con el crecimiento de las amenazas y los atentados que sufre la humanidad entera por el “mal comportamiento” de unos pocos: el terrorismo político, el terrorismo financiero, el terrorismo alimentario, etc.
El nivel de incertidumbre e indeterminación que vive la humanidad es creciente. La dificultad del autocontrol entendido de manera privada o individual, es creciente. La interdependencia nos garantiza un mayor acceso y disponibilidad de recursos universales, pero también nos hace más vulnerables a los caprichos o imprudencias de los menos competentes o de los menos identificados con la idea de una ciudadanía global, la cual, sigue siendo bastante utópica aunque inexorablemente necesaria.


[1] Día de la firma del acta de Independencia de Venezuela

martes, 5 de julio de 2011

Visiones de la In-Dependencia Latinoamericana


Visiones de la In-Dependencia Latinoamericana,
para el día 5 de julio del 2011,
Bicentenario de la firma de la Independencia de Venezuela
Enzo Pittari[1]
 
H
oy se celebran 200 años de la firma del acta de una independencia que sobradamente ha sido puesta en duda a lo largo del tiempo. Las causas y maneras de manifestarse de esa duda, han sido ampliamente analizadas, en un ámbito extendido y más allá de nuestras propias fronteras, por importantes autores latinoamericanos.
Queda mucho por explorar, y está pendiente un entendimiento cada vez mejor del asunto.  Últimamente he dedicado algún esfuerzo en ello que, sin pretensiones mayores,  me permite publicar hoy los preliminares de un trabajo en preparación, en el cual confronto los enfoques del brasilero Helio Jaguaribe, uno de los cientistas sociales más reconocidos de la región, y del intelectual y periodista venezolano Carlos Rangel.  Ambos, durante los años 60/70 del siglo pasado, se empeñaron en explicar y sugerir vías para la transformación en positivo de la realidad latinoamericana.
Me gustaría con ello estimular en mis lectores interpretaciones y reflexiones propias sobre esta realidad, hoy 2011, y, eventualmente, propiciar un diálogo por esta vía que la evolución tecnológica de la humanidad nos ofrece en medida más o menos equitativa a todos, dependientes e independientes.

Empiezo por referirme a Jaguaribe, quien ha afirmado que nuestra AUTONOMÍA política y económica frente a los grandes centros de poder, –que parece representar el gran objetivo histórico de la región desde su separación de los imperios español y portugués-, está aún por lograrse[2].  Atribuye el hecho, principalmente, a:
      La herencia socioeconómica de la Colonia,
      La resistencia al cambio de la dirigencia de la AL postcolonial
      El funcionamiento de la economía mundial basado en la división internacional del trabajo: centros industriales y periferias productoras de materias primas,
      El crecimiento continuo del poder de EEUU, tanto en el mundo como en el hemisferio.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando muchas de las metrópolis europeas acordaron la independencia con sus colonias, hubo esperanzas de que AL alcanzaría, finalmente, su codiciada autonomía por la vía del llamado “Desarrollismo”.  Es el caso, que la Dependencia aún hoy se mantiene, achacada a un resultado automático del imperialismo norteamericano o a la indolencia de las élites dirigentes latinoamericanas. En realidad, según Jaguaribe, ha faltado suficiente rigor científico en el análisis de las causas, y sobrado el dogmatismo en el estudio de un fenómeno que lo caracterizan, fundamentalmente, los siguientes rasgos:
a)    El estancamiento económico, político, social y cultural de la región,
b)    La marginalidad, en tres vertientes:
·      La “Mundial”: respecto a los restantes países del mundo,
·      La “Regional”: De los países menos adelantados de AL respecto a los países más adelantados,
·      La “Local”, en cada país de la región.
c)     La desnacionalización, económica, cultural y político-militar
Por otra parte, y en un ejercicio predictivo, Jaguaribe afirma que, creados polos de aglutinación capaces de generar fuerzas debidamente orientadas, surgirán tres alternativas de evolución:
      Dependencia,
      Revolución y
      Autonomía.
La vía de la DEPENDENCIA: Postula Jaguaribe cuatro tipos de Dependencia que son, a la vez, Fases complejas de una evolución social en la que no contempla sea alcanzada la Autonomía.  A fin de abreviar y ahorrar esfuerzo para el lector, he puesto dichas fases en un esquema (Fig. 1), evitando en lo posible el sacrificar lo esencial de los conceptos.  
 Fig.1.- Evolución de las Formas de DEPENDENCIA (Fuente: elaboración propia)

La vía REVOLUCIONARIA:  Aunque en el proceso evolutivo puedan generarse convulsiones sociales considerables que den cabida a una explosión de masas, Jaguaribe es escéptico al respecto: “…no basta la marginalización de las masas para que se produzca una revolución; es necesario la marginalización y el descontento de la clase media (sub-élite) y de la burguesía (élite)...”  Añade: “…Si los principales países de la región no lograran, oportunamente, dirigirse por el camino del Desarrollo Autónomo, y si la Potencia Hegemónica no se anticipa al proceso de la generalizada descomposición de la América Latina,…bien sea propiciando la autonomía o bien la acción imperial  … el modelo revolucionario, hoy no viable, será, en un plazo no inferior a los 10 años ni superior a los 30, un curso inevitable del proceso latinoamericano…”  (Pongamos estas afirmaciones en la perspectiva de haber sido hechas en los años 70 del pasado siglo).

El modelo de la AUTONOMÍA  Por último, la aspirada vertiente autonómica constituye para Jaguaribe una vía de estabilidad relativa, que requiere combinar: 
      El desenvolvimiento de los países como sociedades nacionales autónomas, en lo cultural, social, político y económico, y con autonomía nacional y regional en las decisiones,
      La integración de esas sociedades, sin prejuicio de identidad, en un sistema coherente y cohesionado que multiplique la base de recursos, mercados y escalas, asegurando así un desarrollo viable y la máxima endogenia regional,
      La creciente independencia en lo referente a  la seguridad nacional y regional.
Los REQUISITOS para dicha Autonomía serían:
      Una cultura Racional, científico-tecnológica, fundada en una ética de la libertad y del Humanismo social,
      Un régimen equitativo de Participación, donde las relaciones entre masa y élite sean Funcionales y Meritocráticas, con acceso a la superación social,
      La posibilidad de Formar y Acumular capitales nacionales,
      El mejoramiento del empleo de recursos y factores productivos,
      Un régimen político dotado de efectiva Representatividad y eficaz Utilidad,
      Régimen social de autodeterminación,
      Superación de la dependencia de EUA,
      Predominio de capitales nacionales,
      Nacionalizaciones que puedan ser pagadas con los fondos generados por los propios objetos expropiados,
      Desarrollo interno apoyado en un sistema regional integrado y basado en:
o   Un gran fondo regional de recursos, humanos y materiales,
o   Un gran mercado regional
o   La independencia de la región: cultural, tecnológica y militar
      Actuación tempestiva, aprovechándose condiciones históricas propicias[3],
      Consideración de modelos internos propios, según las potencialidades de cada país:
o   Mix de Nacional-Capitalismo y Capitalismo de Estado
o   Mix de Capitalismo de Estado y Socialismo Desarrollista,
      Adecuación nacional y social de los países para la deflagración y sostenimiento del proceso, considerando el cuadro regional,
      Cuadros apropiados, involucrándose grupos progresistas, nacionalistas y no corruptores de la oficialidad,
      Surgimiento de Liderazgos convenientes,
      Inexistencia de intervención Extranjera.
En muchos aspectos, las prospecciones de Jaguaribe basadas en su teoría de los 60-70, han ido verificándose: No podemos hablar hoy de una AL integrada. Tampoco podemos comprobar síntomas de Autonomía, salvo en Brasil y México. La dependencia se ha hecho más profunda y, tan sólo en la carrera tecnológica, la desventaja ha crecido exponencialmente en estos cuarenta años.
En el caso venezolano, el grado de dependencia que pudimos tener antes respecto a los países del mundo desarrollado, la hemos venido trocando, en los últimos diez años, por una dependencia de extrañas pseudo-potencias, de reputación democrática dudosa por no decir decididamente negada. Ese fenómeno no lo pudo predecir Jaguaribe y, a mi entender no lo podía haber predicho por lo reñido que resulta a cualquier racionalidad medianamente objetiva.
En un artículo más reciente sobre procesos de integración,[4] Jaguaribe propone una “doble reflexión”:
1.     La necesidad de analizar las tendencias evolutivas del  sistema internacional para la sustitución del precedente régimen bipolar,
2.     La necesidad de analizar separadamente, en el contexto de la globalización, la situación de México y de los países centroamericanos y caribeños, por una parte, y la de los países sudamericanos por la otra.
Desarrolla así Jaguaribe el concepto de la “Unimultipolaridad”, originada al erigirse los EUA como única superpotencia luego de que la URSS implota.  Advierte, que el ejercicio de esta hegemonía, necesariamente se confrontará con su incompatibilidad hacia  las instituciones democráticas domésticas. Recalca, que todos los imperios históricos fueron ejercidos por sociedades no democráticas.  También refiere que el “europeismo” de la UE y las resistencias de países como China, Rusia, India, Irán y demás países islámicos, rechazan el ejercicio abierto de dicha hegemonía.
Así, visualiza a Latinoamérica en medio de un campo multipolar que terminaría de configurarse en la segunda mitad del siglo XXI, en el cual, -salvo una solución militar que conduciría a un suicidio planetario-, las grandes tensiones compelerán al mundo a una convivencia pacífica que desembocaría en la “Pax Universalis” prevista por Kant en el siglo XVIII.
Para la preservación y proyección internacional de AL Jaguaribe rescata como “un raro tesoro” el alto nivel de unidad cultural de la región, incomparable con el de ninguna otra del región del mundo. Además, y como una fórmula muy rumiada y definitivamente hecha con el basamento científico de alguien que ha dedicado su vida al estudio ordenado de la cosa latinoamericana, nos prescribe:
a) La intercomunicación de AL, por todos los medios,
b) el empleo internacional del idioma español, y 
c) la contribución cultural especial al resto del mundo, de la literatura, la música y las artes plásticas de AL.
Estos tres elementos ponen a la disposición, tanto a nivel popular como a nivel erudito, “una de las contribuciones que más necesita el mundo”: el Humanismo.
Redondea Jaguaribe afirmando: “…el mundo contemporáneo y, más aún, el porvenir del mundo, dependen de una feliz articulación entre el progreso científico-tecnológico y el humanismo… …de ese humanismo nuevo, social y ecológico del que depende la sobrevivencia del mundo”.
En un artículo más reciente[5], insiste en el alto grado de humanismo de América Latina, señalando, a la vez, que mientras en EUA el humanismo constituye una especialidad académica, en América Latina es una práctica cotidiana, realizada natural e inconcientemente por la gente.

¿Y qué hay del aporte de Carlos Rangel a esta discusión?
Si hacemos caso a uno de sus libros más vendidos y recientemente reeditado[6], Rangel razonadamente rechaza la Teoría de la Dependencia planteada y defendida en ese entonces por muchos cientistas e intelectuales latinoamericanos -mayormente brasileros-, entre quienes se contaba, como exponente visible, Helio Jaguaribe.   La principal objeción de Rangel a la teoría, consiste en el hecho de asignarle la responsabilidad del fracaso de América Latina[7] a un “ente externo”, “al imperio”, antes que a las propias políticas y a la gestión de la dirigencia local y regional.
En un diagnóstico introductorio, Rangel se detiene ante la imposibilidad cultural de pedirle mejores ejecutorias o mayor progreso a AL, desde que los latinoamericanos “no estamos satisfechos con lo que somos, no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni tampoco sobre lo que queremos ser”.  De inmediato, pone de relieve la “Confusión de Conciencia” resultante de considerar con sentimiento de culpa lo remanente de los grupos de habitantes precolombinos y la sangre de los esclavos que corre por nuestras venas[8], lo cual, nos inyecta indefiniciones, mitología, racismo, complejos de inferioridad y culpa, que terminan alejándonos de la realidad tangible.
En sus referencias a la Conquista, se pregunta ¿cuánta resistencia encontraron los conquistadores? y resalta que en América no hubo una población numerosa ni una civilización superior y suficientemente avanzada que hiciera resistencia a quienes llegaron del viejo continente.
A continuación repaso de manera estructurada los mensajes que considero clave en el planteamiento de Rangel.
1      Mito y Realidad Contrapuestos
La mitología americana fue gestada por los mismos europeos, maravillados de descubrir un “nuevo mundo” que creyeron el paraíso terrenal. Cuando los latinoamericanos despiertan a la “conciencia nacional”, encuentran una base mítica que les sirve para reivindicar como “propio” el pasado precolombino de América y, más recientemente, para enmascarar el fracaso relativo de la AL “hija del Buen Salvaje”: Se reivindica el primitivismo frente a la civilización corruptora “…Cuando aprendimos el idioma español, caímos en la servidumbre…”, y se apuesta al “Buen Revolucionario”, como un profeta que nos devolverá la perfección perdida:  “…Cuando desaprendamos, seremos otra vez libres…”
“Antes de existir la institución antinatural de la Propiedad Privada, los hombres habrían sido todos iguales y dichosos, y volverán a serlo automáticamente al quedar ella abolida…”. Basta para ello la fe revolucionaria, acompañada del ascenso fulgurante de profetas dotados de elocuencia, valor, magnetismo personal y carisma, quienes darán lugar a una transformación súbita.
Rangel subraya que este “revolucionismo” mitológico, reñido con el espíritu racionalista que hizo la grandeza de la “América Triunfadora” -los EUA- y de Occidente, resulta tentador para quienes se sienten marginados, frustrados, fracasados y despojados de su derecho natural del goce igual de los bienes de la tierra que supuestamente disfrutaban los “buenos salvajes” de América antes de la llegada de las fatídicas carabelas.
“En el ocaso del imperio español, los criollos[9] dominan las estructuras de poder de todas las futuras repúblicas independientes; fascinados por la rebeldía exitosa de los colonos ingleses de América del Norte, se sienten antagonistas de la metrópoli imperial, aspiran ejercer todo el poder y tener todos los honores de los funcionarios peninsulares, en forma de oligarquía cuya meta consiste en mantener intactas las estructuras sociales basadas en el latifundio y el peonaje”… “Las llamadas “revoluciones” latinoamericanas no van a ser otra cosa que perturbaciones superficiales en un agua estancada”.
Para colmo, cuando a fines del siglo XIX y comienzos del XX, la dirigencia latino-americana comienza a formular explicaciones al fracaso de sus sociedades respecto a la norteamericana, culpan del mismo al indio, al negro y a la mezcla de razas.   -Excusa que coexistirá, más recientemente[10],  con la atribución de dicho fracaso y frustración al “imperialismo norteamericano”-.
Sobre los orígenes de estas Frustraciones, Rangel hace alusión a un “insoportable pesimismo latinoamericano” cuyo inicio, de mucho peso, lo coloca en unas reflexiones “derrotistas” del Bolívar de 1830, quien afirmara:  
      La América Latina es ingobernable para nosotros”
      Quien sirve una revolución ara en el mar”
      La única cosa que se puede hacer en AL es emigrar
      Este país caerá en manos de la multitud desenfrenada para luego pasar a tiranuelos de todos los colores y razas
      Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la AL
Rangel, redondea esa visión pesimista, que puede explicar la falta de racionalidad científica que nos ha caracterizado a la hora de diagnosticar y diseñar estrategias para la búsqueda de la Autonomía aspirada, con otro conjunto de hechos:
      La incapacidad de AL para una Integración coherente y cohesiva, que mitigue la marginalidad social y económica reinante,
      “Desde las guerras independentistas, cada caudillo “talló su propio fundo” en un proceso de desintegración que le permitió, a cada uno, tener su propia “estatua” en la nación cuyo infortunio contribuyó a fundar”,
      La impotencia de AL para la acción externa, bélica, económica, política, etc., y su vulnerabilidad a influencias extranjeras,
      La inestabilidad de las formas de gobierno dadas en AL, salvo las fundadas en el caudillismo y la represión,
      La Mentira como política constitucional, opuesta al Espíritu Científico:
      Ausencia de contribuciones latinoamericanas a las ciencias, las letras, las artes,
      Crecimiento demográfico desenfrenado,
      El sentirse AL, una región No Indispensable, ni siquiera necesaria para el resto del mundo,
      El éxito desmesurado de los EUA, en el mismo tiempo y en el mismo Nuevo Mundo, como humillación a la que no se ha dado una explicación satisfactoria:
o   “Es deformante suponer y sostener que tenemos cualidades espirituales místicas que nos ponen por encima del vulgar éxito materialista de los EUA[11],
o   Latinidad Vs. Sajonismo”,
o   “La raza quinta, -o raza cósmica- que reemplazará a todos los pueblos, producto de la abundancia de amor… (o un exceso inverosímil de Lujuria,… que inauguró para Latinoamérica la tradición de la paternidad irresponsable)”.
Todo lo anterior, configura un cuadro referencial que, complementado y actualizado, pudiera, eventualmente, servir de base para plantearse una aproximación racional a cualquier plan de acción o diseño de políticas tendentes a superar las condiciones de Dependencia de Latinoamérica.
2      Respuestas a los Mitos, y Otras Verdades
Rangel plantea un contrapunto entre hechos tomados de la realidad e ideas basadas en la mitología, que ilustran el desenfoque predominante en la búsqueda de soluciones y en el diseño de políticas, cuando dicha tarea no tiene la rigurosidad científica necesaria para un abordaje serio de problemas sociales y políticos tan sensibles, sino que se sustenta en apreciaciones interesadas y justificatorias de un desempeño, como mínimo, deficiente, cuando no interesadamente desviado de los principios que teóricamente se defienden. Veamos de ilustrar, de una manera muy veloz, los principales temas que al respecto aborda:

2.1  Latinoamérica y los Estados Unidos
Todavía en 1700, el Imperio español parecía y era mucho más rico, potente y prometedor que las colonias inglesas en Norteamérica. México tuvo imprenta en 1548; en 1551, junto con Lima, tuvo universidad. Para 1576 había: 9 audiencias, 30 gobernaciones, 3 casas de la moneda, 24 obispados, 4 arzobispados, 360 monasterios.   En 1879 la marina de guerra de los Estados Unidos era inferior  a la del Chile triunfante en la guerra del Pacífico. 
Por su lado en el Norte, la Boston que se funda 1630 era, como Nueva York o Filadelfia, inferior a cualquier ciudad de AL.  Hasta fines de 1800 EUA era sólo un productor de materias primas. Afrontó entre 1860-1865 la más cruenta guerra civil que el mundo conoció hasta ese entonces. En 1914 los estadounidenses terminaron el canal de Panamá, en 1917 participaron de manera decisiva en la Primera Guerra Mundial.   Hasta 1923 no tenían ningún Premio Nobel; desde entonces han obtenido, 1 de cada 3 premios Nobel  en Física, 1 de cada 5 en Química, 1 de cada 4 en Medicina; construyeron la primera bomba atómica, el primer reactor nuclear y, con sólo 6% de la población en el campo, se autoabastecen e, inclusive, exportan alimentos[12].
Por último, y en contraste con el espíritu de transitoriedad con que los españoles venían a participar en la conquista y en la colonia en Latinoamérica, Rangel resalta que los colonos norte-americanos fundaron su nación con optimismo, confianza en sí mismos, y buscando establecer, vista a largo plazo, una sociedad mejor que la europea, sobre los principios de libertad y felicidad naturales para el Liberalismo.
2.2  La respuesta Marxista
“No precisamente el marxismo, sino mas bien la “Teoría Leninista del Imperialismo y la Dependencia”, ha ofrecido una respuesta, por fin coherente, persuasiva, grandiosa y triunfalista al complejo de inferioridad crónico que sufrimos los latinoamericanos en relación a los Estados Unidos”: El éxito de los EUA y el atraso nuestro no se deben, ni a sus virtudes ni a nuestros defectos, sino a dos aspectos indisolubles del Capitalismo Mundial:[13]
      Producir desarrollo en las Metrópolis, ha requerido producir sub-desarrollo en los países dependientes,
      Los países dependientes tienen todo el mérito por el adelanto del Imperio y éste todas las culpas por el atraso de aquellos.
La verdad, afirma Rangel, es que, históricamente, los países fuertes han sometido, humillado y atropellado a los países débiles, pero antes, se han asegurado de ser realmente Fuertes.
2.3  La respuesta de la Iglesia
El Catolicismo sirvió a la conquista y a la colonización de AL, así como, la conquista y la colonización de AL sirvieron al Catolicismo. Hasta mediados del siglo XIX, la Iglesia Católica se había anotado el mayor éxito proselitista desde la antigüedad.  En la época moderna, AL es el símbolo del fracaso de la ética católica frente a la ética protestante.
El libre pensamiento” o “self-government” de los EUA frente al Absolutismo católico impuesto en AL, arrojan resultados diferentes. Y lo peor de las diferencias es que éstas no son sólo económicas o de poder, sino de moralidad pública e inclusive privada.
Ante tales diferencias o fracasos, la respuesta de la iglesia tampoco ha sido lo suficientemente objetiva o racional que hubiese sido deseable esperar, sino que “montándose en la cresta de la ola leninista, se desembaraza de responsabilidades por los males de AL y se los achaca también al Imperialismo.”
2.4  La mentira demográfica
“Es falso, insidioso y enervante, …postular que nuestro ser esencial derive de culturas precolombinas…  …con todo el respeto que merecen las muy heterogéneas culturas aborígenes de América; …lo cierto es que ni siquiera las civilizaciones Inca y Azteca (y mucho menos las demás culturas aborígenes) tuvieron la importancia y el brillo que legendariamente se les ha atribuido a fin de convencernos a los latinoamericanos de que somos descendientes de aquellos indios, y víctimas, igual que ellos, de Occidente; cuando la verdad es que somos, sobre todo, herederos biológicos y culturales de los presuntos invasores y, en segundo término, tributarios de todos los inmigrantes que en el transcurso del tiempo han contribuido a la occidentalización y modernización de AL.”[14]
2.5  Una cultura de Inquilinos
Los EUA fueron colonizados y poblados por Inglaterra, país en ascenso en el siglo XVII. En contraste, AL va a ser colonizada y poblada por una España que entraba en un divorcio con el espíritu de su tiempo, rechazando el racionalismo, el empirismo y el secularismo, fundamentos éstos de la Revolución Industrial.
Los inmigrantes a los EUA eran peregrinos que iban a Integrarse. Los españoles que vinieron a LA no lo hicieron como dueños de la tierra sino con el espíritu transeúnte del inquilino que, de paso, siembra unos cuantos bastardos.
2.6  El desprecio por el Trabajo
A partir del siglo XV, se arraiga en España el desprestigio por las actividades intelectuales y técnicas sospechosas de semitismo.  Son penosas, todas las ocupaciones impuestas por la necesidad. Lo esencial era guerrear y hacer o ir a misa. En la sociedad esclavista de Hispanoamérica: “sólo pasar el charco, convertía a cada español en un Hidalgo”, …“Aún hoy, el colmo del trabajo es trabajar como un negro o como un cholo”.
2.7  Los pioneros del tercermundismo
La sociedad esclavista, aparte de inhumana, está reñida con el ánimo de la Revolución Industrial, liberal, capitalista.    En EUA se alimentó el mito de que el Norte había logrado su éxito despojando al Sur, que fue a la guerra en 1860 convencido de que rompería la dependencia, haciendo colapsar a sus odiados yankees. El Sur, tarado por la esclavitud, lo mismo que Latinoamérica, no logró industrializarse con la misma velocidad del Norte; mientras los sureños ricos hablaban de invertir en navieras y bancos para independizarse del Norte, terminaban, realmente, invirtiendo sus excedentes en más tierras y más esclavos.   Así, se cultivó la mitología de que el Norte prosperaba porque el Sur estaba estancado, y viceversa.  “Hobson[15], Hilferding[16] y Lenin[17] no habían nacido, pero los argumentos tercermundistas ya habían sido inventados por los esclavistas sureños”.

A MODO DE CONCLUSIÓN podemos afirmar que, si bien ambos autores recurren en su análisis a la confrontación dialéctica de las situaciones,
·      En Jaguaribe hay mayor interés por formular una teoría estructurada de la Autonomía (o de la Dependencia) con intenciones de pronosticar y prescribir fórmulas evolutivas,
·      En Rangel, predomina el esfuerzo descriptivo y explicativo,
·      Ambos otorgan peso a la Historia y al enfoque científico,
·      Ambos coinciden en la importancia del recurso material,
·      Mientras Jaguaribe formula una esperanza en el Humanismo observable tanto en el pueblo como en las élites eruditas latinoamericanos, Rangel nos alerta sobre el origen mitológico de tal “humanismo” contrapuesto al “pragmatismo” sajón.

NOSOTROS, y especialmente en la efeméride que hoy celebramos, debemos, primero que nada, tomar conciencia de lo que somos hoy, considerando los referentes históricos con la mayor objetividad posible, entendiendo bien lo que ahora es viable y factible; asumir la responsabilidad que de acuerdo a nuestro potencial intelectual y material nos corresponde y dedicarnos a construir presente y futuro de manera responsable, sin culpar a otros entes, por reales o imaginarios que sean.  Ningún ser humano, grupo, familia, sociedad, país o nación, se ha construido administrando culpas. Lo que han hecho los EXITOSOS es administrar responsabilidades y exigir una clara RENDICIÓN DE CUENTAS por los  RESULTADOS y por los recursos utilizados en el ejercicio de esas responsabilidades.  
-o-
BIBLIOGRAFÍA
·       Helio Jaguaribe y otros. La dependencia político-económica de América Latina. ISBN: 968-23-0187-4.  Editorial Siglo XXI, México.
·       Carlos Rangel. Del buen salvaje al buen Revolucionario. ISBN: 980-6818-10-5, Editorial CRITERIA, Caracas.
·       Eduardo J. Arnoletto. CURSO DE TEORÍA POLÍTICA
·       “América Latina y los procesos de Integración”, diciembre 2001. Artículo de H. Jaguaribe  publicado en la página de la organización AMESUR, http://www.amersur.org.ar/index.htm
·       “ El proyecto Sudamericano”, abril-junio 2005. Artículo de Helio Jaguaribe publicado en la página de la organización INTEGRACIÓN SUR http://www.integracionsur.com/ 
·       United States Department of Labour. Bureau of Labour Statistics. Agriculture, Forestry, and Fishing. http://www.bls.gov/oco/cg/cgs001.htm
·       J.A. Hobson en Wikipedia.    http://es.wikipedia.org/wiki/Imperialismo_%28Hobson%29 (02/03/10, 5:51 pm.)
·       R. Hilferding  en Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Hilferding  (02/03/10, 5:58 pm.)
·       V. I. Lenin   en Wikipedia.  http://es.wikipedia.org/wiki/Lenin  (02/03/10, 6:03 pm.)


[1] Doctorando en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Simón Bolívar (USB), Caracas, Venezuela. Profesor de postgrado del Departamento de Procesos y Sistemas de la USB, entre 1983-1998. Ha desempeñado altos cargos en el Sector de Telecomunicaciones en Venezuela. Es Gerente y Consultor de oficio.
[2] La afirmación es de 1968. Podemos asegurar que, aún hoy, cuando Venezuela –literalmente- y la mayoría de los países latinoamericanos celebra el bicentenario de su separación formal de sus respectivas metrópolis, el objetivo Autonómico sigue sin lograrse.

[3] Enfatizamos la importancia que da Jaguaribe al entender  y considerar los PLAZOS HISTÓRICOS de los procesos sociales.
[4] Publicado en AMESUR, http://www.amersur.org.ar/index.htm intitulado “América Latina y los procesos de Integración”, diciembre 2001.
[5] “El proyecto Sudamericano”, abril-junio 2005. Publicado en INTEGRACIÓN SUR http://www.integracionsur.com/
[6] Publicado en 1976 y ya citado
[7] Desde el comienzo de su libro, Rangel hace una precisión razonada y fundada principalmente en valores culturales, por la cual separa a Brasil del resto de los países latinoamericanos.  A partir de allí, cada vez que se refiere a América Latina en su libro, está realmente hablando de la América Hispana.

[8] Ahora, 2011, podríamos referirnos al recién estatuto legal conferido en Venezuela a la afrodescendencia, no sin dejar de recalcar que, según las más reputadas investigaciones científicas, todos los seres humanos somos afrodescendientes)
[9] Españoles nacidos en América
[10] Recordemos que Rangel está haciendo esta afirmación en su libro, que es de 1976.
[11] Vale la pena contrastar esta afirmación de Rangel con las oportunidades que Jaguaribe vislumbra para el progreso de América Latina fundadas en el Humanismo como práctica cotidiana, tanto de los latinoamericanos comunes como de los eruditos, a lo cual hicimos referencia en el punto 4 de la primera parte de este trabajo. (Nota del autor).
[12] Esta cifra del 6%, es la que aparece en el libro de Rangel -del año 1976-. Hoy, ese porcentaje se ha reducido sensiblemente y puede estar por debajo del 1% si tomamos en cuenta que para 2008, la población económicamente activa en el sector de agricultura, pesca y afines en los EUA era de aproximadamente de 2 millones 100 mil, personas. http://www.bls.gov/oco/cg/cgs001.htm  .(Nota del autor)
[13] …Aunque Marx jamás haya sostenido semejante disparate,… esta es la tesis  central de la mitología tercermundista…”

[14] Apunta Rangel, que antes de la llegada de los españoles, no existían en AL animales de carga o tiro, ni siquiera la rueda. Los caballos, asnos, vacunos, cerdos, cabras, conejos y aves de corral, no son autóctonos. Tampoco la caña de azúcar, los cítricos, el banano, el cafeto y otras especies. Rangel también cita al padre Bernabé Cobo, quien en 1652 observaba que la transferencia de plantas y animales del Viejo al Nuevo Mundo había sido más importante y ventajosa para éste que todo el oro y la plata que España extrajo de sus colonias americanas.
[15] J.A. Hobson (1858-1940), argumentaba que el imperialismo es innecesario e inmoral; viéndolo como el resultado de la mala repartición de la riqueza en una sociedad capitalista que creó un deseo de acrecentar los mercados en busca de alguna ganancia. http://es.wikipedia.org/wiki/Imperialismo_%28Hobson%29 (02/03/10, 5:51 pm.)
[16] R. Hilferding (1877 - 1941), quien lideró las teorías y políticas socialistas del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) durante la época de la República de Weimar,  es reconocido como el mayor teórico del SPD del siglo XXhttp://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Hilferding (02/03/10, 5:58 pm.)
[17] V. I. Lenin (1870 - 1924), revolucionario ruso, líder bolchevique, político comunista, principal dirigente de la Revolución de octubre y primer dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticashttp://es.wikipedia.org/wiki/Lenin  (02/03/10, 6:03 pm.)